Las reformas energéticas de México y la contratación de coberturas petroleras le permitieron amortiguar el impacto de la caída en los precios internacionales del petróleo, afirmó hoy el Enviado Especial para Asuntos Energéticos Internacionales, Amos Hochstein.
En una audiencia del Subcomité del Hemisferio Occidental de la Cámara de Representantes, el funcionario del Departamento de Estado hizo notar que México tuvo la mala suerte de que los precios del crudo cayeran 55 por ciento a nivel internacional a seis meses de aprobadas las reformas.
“El gobierno mexicano enfrenta el reto de demostrar que los impactos negativos que se sienten a lo largo del sector, no son resultado de las reformas sino del descenso de los precios del petróleo”, mencionó en su testimonio.
“La capacidad de México de sortear estos retos será probablemente un juicio sobre sus reformas, tanto dentro del país, como a través del hemisferio”, añadió.
Hochstein señaló que Estados Unidos se encuentra por ello trabajando estrechamente con el gobierno mexicano en dar apoyo y asistencia técnica focalizada en los sectores de electricidad, así como de hidrocarburos tradicionales y no convencionales.
En la audiencia se informó que los precios del crudo ligero de referencia West Texas Intermediate llegaron a caer a 26 dólares por barril en el primer trimestre del año, el más bajo desde 2003, pero esta semana cerraron encima de la marca de 50 dólares por barril.
Adam Sieminski, titular de la Administración de la Información Energética (EIA) de Estados Unidos, proyectó que el precio del WTI enfrentará un “alto nivel de incertidumbre” en 2016, con una proyección de precio de entre 36 y 69 dólares por barril para el mes de septiembre.
Originalmente la EIA había proyectado que el precio del WTI sería ligeramente inferior a los 43 dólares por barril en 2016 y de 52 dólares por barril en 2017, pero ajustó sus proyecciones a raíz de los movimientos y tendencias en el mercado de futuros.
Entre las razones del aumento reciente en los precios del crudo, la agencia estadunidense enumeró el mejoramiento de los datos económicos, problemas en la cadena de abasto y el decreciente nivel de la producción petrolera de Estados Unidos.
En su análisis de la situación energética continental, Hochstein indicó por su parte que Argentina ha visto una escasa llegada de inversión al sector petrolero, debido a una “política restrictiva y al ambiente regulatorio”.
Sin embargo, “la administración Macri ha mostrado estar consciente de las oportunidades de reformas y tiene el potencial de incrementar recursos de gas de esquisto que no habían sido explotados”, acotó.
En el caso de Colombia, el Enviado Especial para Energía destacó que el país logró su meta de producir un millón de barriles diarios, pero dijo que la caída en los precios del crudo ha conducido a una baja en la producción y en el estímulo a las inversiones.
No obstante, Hochstein señaló que aún cuando México, Argentina y Colombia enfrentan “retos significativos” y han debido recortar el gasto público “tienen fuertes probabilidades de sortear la tormenta”, gracias a sus economías diversificadas.
Apuntó que el caso de Venezuela es distinto y enfrenta “más severas consecuencias” por falta de diversificación, toda vez que 95 por ciento de las exportaciones del país corresponden al petróleo, que representa más de 40 por ciento de los ingresos del sector público.
“A pesar de tener las más grandes reservas petroleras del mundo, su mal manejo, altos niveles de corrupción, pobre récord de mantenimiento y falta de inversión, significan que el precio del crudo es uno de tantos golpes a la economía venezolana”, afirmó.
Venezuela había alcanzado una producción de 3.25 millones de barriles diarios en 2007, pero cayó a 2.5 millones en la actualidad.
NTX