Los jueces están obligados a actuar de tal manera que sus sentencias se entiendan más allá del ámbito jurídico, sostuvo el ministro presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), Juan Silva Meza.
Ello, explicó, para no quedar atrapados en la ceguera de taller, derivada de la unanimidad en la forma de entender el mundo de lo jurídico y el papel de los propios juzgadores.
Si bien la Constitución determina que el Consejo de la Judicatura no debe limitar su actuación a partir de la repetición de visiones endogámicas, también es cierto que exige abordar los problemas desde una perspectiva que también tome en cuenta el entendimiento que desde fuera de la Judicatura puede tenerse de los jueces, abundó.
Durante la ceremonia de conclusión de encargo del consejero César Alejandro Jáuregui Robles, quien cubrió el período 2009-2014, subrayó la responsabilidad de los integrantes del Consejo de la Judicatura Federal (CJF) para obrar sólo en beneficio de la institución y de los fines que debe perseguir constitucionalmente.
En tanto el consejero saliente, como miembro externo del Poder Judicial Federal, al que llegó nombrado por el Senado, dijo que a lo largo de los cinco años que estuvo observó en la Judicatura un verdadero compromiso de jueces y magistrados con su labor jurisdiccional, aunque “siempre habrá alguien o un prietito en el arroz… a los que no queremos”.
Por cada uno de ellos, añadió, siempre habrá cientos de jueces y magistrados que se encargan de arrancar las ramas podridas de este mismo árbol de la justicia.
Luego de escuchar el reconocimiento a su trabajo por parte de sus colegas, en voz del consejero Manuel Saloma Vera, y del ministro Juan Silva Meza, César Jáuregui se refirió a los profundos cambios ocurridos durante su permanencia en el Poder Judicial.
En esos cinco años, el Consejo de la Judicatura Federal que tenía 639 órganos jurisdiccionales pasó a tener 757, y su personal creció de 31 mil a más de 37 mil empleados, y de 900 juzgadores pasó a mil 200 en la actualidad.
Pero más allá del crecimiento en tamaño, que refleja un aumento en la litigiosidad que se vive en el país y de las dificultades que se tienen para aquilatar los logros y los procesos de cambio cuando son tan acelerados, destacó la importancia de los cambios de paradigma en el sistema jurídico mexicano.
La reforma constitucional en materia de derechos humanos, la nueva ley de amparo y la reforma penal para introducir el sistema acusatorio, recalcó, obligan a que los jueces y magistrados se cambien “el chip” con el que trabajaban para alinearse a los nuevos paradigmas.
Estos retos, dijo, el consejo los ha enfrentado con una mayor capacitación de jueces y magistrados y con una selección más rigurosa de los juzadores que están dando buenos resultados.
“Y desde luego habrá que decirlo aquí, el hombre de éxito, al igual que el juzgador de éxito, no es el más inteligente o no es el que más empeño pone en la causa, no, simplemente es el que mejor se adapta al cambio”, apuntó.
Fuente: Notimex