Académicos, funcionarios y artistas urgieron a emprender una estrategia que brinde a la población una educación para la paz, a fin de combatir con éxito el bullying y la violencia en general.
De acuerdo con las conclusiones de un foro efectuado como parte del programa “El bullying no es un juego”, consideraron que la resolución pacífica de conflictos es un tema que debe incluirse en los libros de texto y en la instrucción informal.
En el acto, efectuado en el Museo Memoria y Tolerancia, los expertos destacaron la importancia de aceptar que la violencia no es “algo natural”; que el acoso, cuando genera daño, un problema social.
Propusieron que no sólo se generen indicadores de “focos rojos” de violencia, sino crear indicadores de “focos verdes” que identifiquen las zonas de mejor convivencia y resalten las acciones positivas de la sociedad.
Agregaron que la muerte del menor Héctor Alejandro Méndez en Tamaulipas generó un estremecimiento a nivel nacional y actualmente se habla mucho del bullying, pero esa no es la única forma de violencia.
Hay también formas de violencia psicológica y violencia estructural, como la pobreza, y cultural, como la discriminación, que son más difíciles de reconocer y por lo tanto de erradicar.
El especialista de la Universidad Iberoamericana, Mauricio Meschoulam y Suhayla Bazbaz, presidenta de la organización Cohesión Comunitaria e Innovación Social, llamaron a los medios y a la ciudadanía en general enfocar sus esfuerzos en la construcción de paz.
De acuerdo con Meschoulam, todo lo que busque generar cohesión, interacción social y colaboración entre los ciudadanos es una forma de construcción de paz.
Al respecto, ambos especialistas mencionaron que la campaña de personalidades que se toman una foto con el letrero #elbullyingNOesunjuego es una forma de construcción de paz.
Sin embargo, precisaron, la participación ciudadana en la construcción de paz no se agota en una campaña, sino que debe transformarse en reflexiones académicas y acciones cotidianas de todas las personas.
“La paz de raíz es armonía, es resolución pacífica de conflictos, es conocerse uno mismo para saber cómo controlar el enojo”, añadieron en el acto impulsado por el Centro Nacional de Prevención del Delito y la Participación Ciudadana.
Al término de la primera ronda de reflexiones, se presentó el cortometraje “El sándwich de Mariana”, dirigido por Carlos Cuarón.
El cineasta señaló que realizó ese corto sobre bullying y resolución pacífica de conflictos porque considera que el cine tiene mucho por aportar para impulsar la reflexión sobre esos temas, y enfatizó que hay que generar conciencia para poder parar la violencia.
Explicó que en el filme quiso retratar una escuela de clase media para enviar el mensaje de que la violencia no respeta jerarquías ni clases sociales y enfatizó que el amor y el miedo son las dos grandes energías que mueven al mundo y sólo el amor puede detener la violencia, venciendo al miedo.
En su oportunidad, Luis Wertman, presidente del Consejo Ciudadano de la Ciudad de México, hizo ver la necesidad de revalorar el potencial del individuo para transformar su entorno.
Elías Rafful, titular del Centro Nacional de Prevención del Delito y la Participación Ciudadana, señaló que lo que ha aprendido de sus visitas a escuelas y de escuchar relatos de estudiantes, es que urge generar entre los jóvenes un sentido de comunidad y pertenencia, así como establecer mayor y mejor comunicación con ellos.
La suma de esfuerzos entre autoridades y ciudadanía es clave para enfrentar el fenómeno de la violencia, añadió.
Como parte del programa “El bullying no es un juego” se anunció el Rally Mundialista, un concurso para que alumnos de nivel secundaria de todo el país participen para mejorar sus escuelas y generen conciencia para erradicar las causas que originan la violencia, cuyas bases podrán consultarse en el sitio de Internet www.bastamx.com.
NTX