Editor
El incremento de menores de edad centroamericanos que migran no acompañados debe ser visibilizado y atendido sin dilación alguna, exhortó el presidente de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH), Luis Raúl González Pérez.
Al presentar el informe sobre este problemática, el ombudsman nacional resaltó que esa situación preocupa porque el número de niños y adolescentes migrantes detenidos prácticamente se duplicó de 2014 a 2015, al pasar de 10 mil 943 a 20 mil 368.
La tendencia de esta situación continúa porque de enero a julio de 2016 fueron atrapados el mismo número de personas halladas en 2014, al registrarse nueve mil 326.
El funcionario detalló que más de 90 por ciento de estos menores de edad son originarios de El Salvador, Guatemala y Honduras, países que conforman el llamado “triángulo norte” de Centroamérica.
“Son personas que han tenido que salir de su país de origen para ir en búsqueda de una mejor calidad de vida, de la reunificación familiar, o huyendo de la pobreza, la violencia, la inseguridad, la exclusión y la falta de oportunidades, entre otras causas”, expuso.
Al carecer de registros adecuados sobre infantes y adolescentes migrantes no acompañados, indicó, hay dificultada para ayudarlos en un entorno propicio en el cual que no se violen sus derechos humanos ni sean objeto de violencia y abusos.
González Pérez dijo que si bien las autoridades mexicanas han emprendido diversas acciones de carácter legislativo y administrativo para su atención, aún son insuficientes y tienen alcances limitados.
De los 36 mil 174 menores de edad migrantes acompañados y no acompañados detenidos en 2015, solo 12 mil 414 fueron canalizados a alguno de los albergues de los Sistemas de Desarrollo Integral para la Familia (DIF), tanto municipales como estatales.
Ello significa que 68 por ciento de ellos son atrapados en los mismos espacios y bajo las mismas condiciones que los adultos, advirtió el ombudsman nacional.
“Es claro que las autoridades actúan sin determinar, considerar ni proteger el interés superior de la infancia y de la adolescencia, lo cual constituye, por sí mismo, una violación a sus derechos humanos”, comentó.
González Pérez recalcó que la solución al problema migratorio en dicha región no se alcanzará mediante políticas o mecanismos punitivos, centrados en impedir la entrada de las personas, ya que va más allá de inhibir el tránsito de personas.
Es preciso que se determinen y entiendan las causas del origen para actuar de manera efectiva en su atención, lo cual implica sumar esfuerzos entre los distintos países involucrados que deben asumir como algo prioritario la protección de la infancia y adolescencia migrante.
NTX
