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El Senado mexicano aprobó el miércoles las leyes reglamentarias de la reforma energética, con las que da luz verde a la aplicación en el país de esta controvertida legislación que abre el nacionalizado sector de hidrocarburos al capital privado.
Tras una sesión maratoniana, con 78 votos a favor, 26 en contra y ninguna abstención, el Senado aprobó las leyes reglamentarias de esta norma legal, con lo que el Congreso completó el proceso legislativo de la reforma energética, considerada el proyecto bandera del presidente mexicano, Enrique Peña Nieto. “Hoy se da un gran paso para el futuro de los mexicanos. Aprovecharemos mejor y de forma sustentable nuestros recursos energéticos”, señaló Peña Nieto en un mensaje en la red social Twitter enviado poco después de la votación. El mandatario señaló que en los próximos días promulgará las leyes aprobadas.
La reforma energética, a la que se opone la izquierda mexicana y conocidas personalidades como el galardonado cineasta Alfonso Cuarón (director de la premiada y alabada ‘Gravity’), acabará con más de 75 años de monopolio del gigante estatal Pemex en la exploración y producción de petróleo y gas en el país. La nueva legislación permitirá la competencia de empresas privadas, tanto nacionales como extranjeras, en el decaído sector petrolero.
– “México no se los perdonará” –
El último dictamen aprobado, que reforma además la ley de responsabilidades hacendarias y de deuda pública, levantó polémica porque plantea que el Gobierno asuma parte de la abultada deuda de las grandes empresas estatales energéticas, Petróleos Mexicanos (Pemex) y Comisión Federal de Electricidad (CFE), bajo ciertos requisitos. “El pueblo de México ya ha pagado demasiado. No le cargue más deudas”, reclamó durante el debate la senadora Dolores Padierna, del izquierdista PRD (Partido de la Revolución Democrática).
Según cifras de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público la deuda de pasivos laborales de estas empresas asciende a más de 125.000 millones de dólares, lo que equivale a un 10% del PIB de México.
La modificación constitucional en materia energética fue apoyada en diciembre pasado por el oficialista PRI (Partido Revolucionario Institucional) y el conservador PAN (Partido Acción Nacional), pero con la férrea oposición del PRD, que impulsa una consulta popular en junio de 2015 para derogar esta legislación. “México no se los perdonará”, dijo poco antes de la votación final Miguel Barbosa, líder en el senado de la bancada del PRD, cuyo partido acusó de “traidores” a la patria a los defensores de la reforma energética.
Con esta modificación de la norma legal, el Gobierno aspira a reimpulsar la producción petrolera -que cayó de los 3,4 millones de barriles diarios extraídos en 2004 a los actuales 2,47- así como a modernizar a Pemex y rebajar la carga fiscal que soporta.
– El país “no puede seguir igual” –
En la actualidad, Pemex aporta más de un tercio de los ingresos públicos de México, la segunda economía de América latina, y viene registrando fuertes pérdidas desde el año pasado. Tan solo en el segundo trimestre de 2014, la compañía perdió unos 4.000 millones de dólares, según datos oficiales. “México no puede permanecer igual. México tiene que cambiar para combatir la pobreza y la desigualdad: por eso queremos aumentar la renta petrolera de lo que es nuestro con varios participantes que, en competencia, eviten las tragedias de corrupción que nosotros mismos hemos pagado”, afirmó el senador David Penchyna, del oficialista PRI.
A pesar de la competencia que afrontará, Pemex tendrá prioridad en la asignación de licitaciones y mayor autonomía de gestión, de acuerdo a la nueva normativa.
La ley también permitirá la participación de la iniciativa privada en el sector eléctrico, hasta ahora monopolizado por la CFE, lo cual posibilitará reducir tarifas de electricidad y gas.
El Gobierno espera la llegada de importantes inversiones y la generación de unos 500.000 empleos, así como el aumento de la producción petrolera a tres millones de barriles diarios en 2018.
Los opositores a la reforma temen que la competencia que se introduce en el sector derive en una privatización de buena parte de la renta petrolera de México, un país con alrededor de la mitad de sus 118 millones de habitantes en la pobreza. “Nuestro querido México se convierte cada vez más en el mesón en donde los comensales extranjeros puedan gozar sin límites y casi gratuitamente de nuestros recursos energéticos”, advirtió el dirigente del PRD Fernando Mayans.
Los legisladores del bloque de izquierda colocaron durante la sesión del Senado, detrás de la tribuna, una imagen de Lázaro Cárdenas, el expresidente mexicano que nacionalizó el petróleo en 1938.
El petróleo es considerado desde entonces como un símbolo de la soberanía del país.
AFP
