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El Instituto de las Mujeres de la Ciudad de México (Inmujeres DF) reveló que de todas las féminas de entre 14 y 25 años asesinadas por sus parejas, 25 por ciento de ellas fueron novias que creyeron en el amor en lugar de velar por sí mismas y su seguridad.
Laura Echeverría, representante del “Programa de Identidad y fortaleza” que realiza la Universidad Iberoamericana en conjunto con Inmujeres-DF, consideró que los jóvenes tienen una función muy importante en la prevención.
En su opinión, las personas adultas por lo regular no identifican ese tipo de violencia porque desvalorizan las relaciones amorosas entre los jóvenes, las consideran “exageración” o “cosas de la juventud”.
De acuerdo con Echeverría, es más complicado visualizar la violencia en el noviazgo, pues los comportamientos violentos suelen estar normalizados. Por ejemplo, los celos extremos se perciben como una manifestación de amor.
“Los amigos suelen ser los primeros en detectar una situación de violencia o de abuso”, indicó Echeverría.
En la prevención, una función importante la juegan los amigos, la académica recordó que es normal que los adolescentes se encuentren en un periodo de rebeldía ante sus padres, por lo que sus compañeros, primos y hermanos, más cercanos a su edad, pueden convertirse en una gran influencia en la prevención de agresiones y abuso.
Sin embargo, éstos deben proceder con cautela, por lo que la especialista recomendó un primer acercamiento a la persona que está pasando por una situación de violencia por medio del afecto, es decir, recordándole que se le quiere, se le aprecia, y destacando sus cualidades positivas.
Una vez que se ha logrado este primer acercamiento, continuó, se debe abordar el asunto de la violencia con referencias claras, lo cual significa que el amigo interesado en ayudar al otro deberá proveer ejemplos concisos de situaciones en las que ha sido testigo de conductas violentas o abusivas.
En último lugar, llamó a los jóvenes a mostrarse preocupados por sus amigos, pero sin dejar de tomar acción y brindar alternativas como ofrecerles acompañamiento para hablar con sus padres o tutores, buscar un grupo de ayuda o a alguien especializado dentro de la universidad.
“Los signos de maltrato durante el noviazgo son desconocidos para gran parte de los jóvenes, que los confunden con muestras de afecto que, en realidad, ocultan conductas controladoras basadas en la desigualdad entre los sexos”, recordó la psicóloga.
Echeverría mencionó que la violencia en el noviazgo se manifiesta por medio de un círculo vicioso que se inicia con la tensión, continúa con la agresión, le sigue el arrepentimiento y el perdón, para regresar a la tensión.
NTX
