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Investigadores de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) propusieron la instalación de plantas de tratamiento de basura orgánica en cada delegación del Distrito Federal, con el propósito de recuperar gas metano y producir combustible para camiones recolectores de basura e incluso el Metrobús.
La casa de estudios destaca que el exrector de la unidad Iztapalapa y experto en biotecnología, Oscar Monroy Hermosillo, expuso que en la Ciudad de México no se ha dado una solución sustentable para las siete mil toneladas de basura orgánica que se producen a diario.
Para hacer frente a esta problemática, el proyecto que encabeza propone un proceso compacto para el tratamiento de basura orgánica que “recoge” el proceso natural, expone la institución educativa en un comunicado.
Este consiste en que la basura se mantiene enterrada y se fermenta por el agua de lluvia, lo que permite que se mantenga húmeda facilitando su fermentación durante todo un año.
“Lo que se busca es acelerar el proceso de fermentación proporcionando las condiciones necesarias; con agua residual se mantiene húmeda y a una temperatura adecuada y esto permite que las reacciones de la fermentación se lleven a cabo y suelte este lixiviado rico en materia orgánica. Este lixiviado se recoge en un reactor anaerobio y se transforma en metano”, explica.
De acuerdo con Monroy Hermosillo, con una tonelada de basura orgánica húmeda es posible producir 40 kilos de metano.
Ese metano se purifica y se comprime para que pueda ser utilizado como combustible, y producir un equivalente de 40 litros de gasolina, que permitiría mover una gran parte del servicio público, ya sea los mismos camiones recolectores de basura o incluso el Metrobús.
Los beneficios de contar con este tipo de instalaciones es el aprovechamiento de la basura para generar energía, la suficiente para movilizar el transporte y distribución de la misma, así como reducir los espacios que hoy se destinan a tiraderos y aprovecharlos para actividades agrícolas.
El especialista refiere que en la actualidad en la UAM se procesan 150 kilos de basura, y antes que termine el año se prevé que sea una tonelada.
El proceso relacionado con la transformación de la materia orgánica en metano, purificarlo y comprimirlo se hace en la UAM, en tanto que la parte de transformarlo en combustible, se lleva a cabo en conjunto con la Facultad de Ingeniería de la UNAM.
Este tipo de soluciones no serían posibles sin los programas de separación en las delegaciones del Distrito Federal, con lo cual se permite contar con la basura orgánica que desde los hogares se separa, se transporta y se reúne en los centros de transferencia, donde pueden instalarse las plantas de procesamiento, añade el especialista.
NTX
