La Constitución de la Ciudad de México debe verse como una plataforma que representa la garantía de legitimidad para todos los segmentos de la sociedad, afirmó el presidente del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF), Constancio Carrasco Daza.
“No debemos esperar a que todas las soluciones provengan del texto de la norma fundamental y su reforma. La Constitución tiene vida a partir del compromiso y actuación de autoridades y sociedad”, anotó durante su participación en el Seminario Cortes Constitucionales y Democracia.
Carrazco Daza dejó claro que la universalidad de los derechos es el futuro de una perspectiva eficaz de protección, “no hay retorno, si lo que se busca es una democracia plena, completa”.
Celebrar 100 años de nuestra Constitución es, sin duda, rendir honor a un texto que marcó una pauta fundamental en la adopción de derechos sociales, pero actualmente impone un ejercicio reflexivo, una revisión y un calibramiento objetivo de sus resultados y, de si es eficaz en estos tiempos.
“En ese sentido hay que decirlo, el proceso de evolución histórica de nuestra Constitución ha permitido detonar en otro contexto, una creación constitucional relevante. Me refiero al nuevo régimen adoptado para la transformación del Distrito Federal a la Ciudad de México”, anotó en la sede de El Colegio de México (Colmex).
Dijo que la participación de un Tribunal Constitucional en el proceso de creación de la Asamblea Constituyente ha sido emblemática en tanto que ha orientado a la construcción necesaria para que la Constitución que se creará ingrese adecuadamente al bloque de Constitucionalidad.
Expuso que se partió de la premisa de que la Constitución de la Ciudad de México emergerá en el ámbito de una sociedad pluralista, con una amplia diversidad de intereses, ideologías, que buscan garantizar un proyecto de vida en común.
Remarcó por ello que la Constitución de la ciudad en ese sentido, “debe verse no bajo una noción jerárquica o piramidal sino como la plataforma que representa la garantía de legitimidad para todos los segmentos de la sociedad”.
El magistrado presidente opinó que el derecho comparado en ese contexto es un baluarte fundamental de toda aspiración de integración constitucional y convencional.
Al final la Constitución, como toda obra humana, es perfectible, su desarrollo está lejos de colmar un catálogo absoluto de los derechos humanos y dar un debate sólido acerca de sus restricciones, expresó presidente del tribunal electoral federal.
Para el magistrado, la solución parece estar a cargo de todos los operadores jurídicos, de tal suerte que “no debemos esperar a que todas las soluciones provengan del texto de la norma fundamental y su reforma. La Constitución tiene vida a partir del compromiso y actuación de autoridades y sociedad”, expuso.
Finalmente consideró que los principios de idoneidad, racionalidad y proporcional juegan un papel toral para la consecución de los fines de una Constitución democrática que necesariamente legisle a la construcción de una justicia constitucional material.
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